El miedo te mantiene despierto,
alerta, nunca terminas de acostumbrarte a la sensación de estar en peligro.
Pero ahora eso había desaparecido, lo único
que había dado sentido a nuestra vida ya no estaba, y sólo cabía pensar ¿ahora
qué? Durante mi corta vida sólo había experimentado miedo, miedo a que Los
Extraños nos encontrasen, pero ahora mi madre aseguraba que ya no estaban, que
se habían ido y que nosotras estábamos seguras. Seis meses pasamos en Thornton
intentando acostumbrarnos a nuestra nueva realidad: tener nuestra propia casa
por primera vez era emocionante, aunque esta fuese vieja y no tuviese apenas
muebles, hicimos lo posible para intentar hacerla lo más acogedora posible e
incluso pudimos rescatar unas vieja cama del desván y colocarla en el piso de
arriba para que Clara tuviese un dormitorio bonito. Esta experiencia era nueva
para nosotras y fue divertido... al principio.